Cómo afrontar la jubilación

¿Cómo afrontar la jubilación?

Cuando termina la vida laboral. Para algunas personas supone relajación, descanso, paz y tranquilidad. Para otras personas, lo que supone es una etapa difícil de la vida. Ya que se sienten poco útiles y valorados. ¿Cómo afrontar la jubilación? La adaptación a la jubilación a menudo no es fácil. Y conlleva un impacto emocional cuando los sentimientos no se manejan bien. Que requiere tratamiento por un profesional en algunos casos.

Con la jubilación la persona se enfrenta a toda una serie de cambios que conlleva el cese de la vida laboral. Entre los cambios más notables están: perdida de la vida social, del potencial económico, de los compañeros de trabajo, amigos, etc. Las personas se encuentran con una disminución se su potencial físico, movilidad o sexual. También se enfrentan a dolores corporales, molestias, pérdida de cabello y arrugas. Todo esto puede conllevar a acarrear problemas psicológicos, como depresión, angustia, aislamiento, e incluso la muerte. En las residencias de ancianos en Almería, como Centro Residencial Comarcal de Personas Mayores, tiene disponible un gabinete psicológico para saber cómo afrontar la jubilación y la tercera edad.

Sin embargo, esta etapa de la vida se puede ver como una etapa rica en la evolución de la persona, ya que se tiene más tiempo para otras cosas. Es decir, tenemos tiempos para realizar otras tareas que l tiempo de trabajo nos impedían, como viajar, hacer cursos, estudiar.

Fases de adaptación - Cómo afrontar la jubilación

Esta fase de la vida, es la de las aficiones, las relaciones y el ejercicio físico, abriéndose a una época de oportunidades y experiencias nuevas. Ya que es la clave para saber cómo afrontar la jubilación de la mejor manera posible.

Existen diferentes fases progresivas por las que ha de pasar la persona para llevar a disfrutar plenamente de su jubilación. No siendo hasta la última fase en la que se acepte se está realmente jubilado y se comience a disfrutar de la jubilación.

1. Luna de miel. Comprende los primeros días de jubilado. La persona se siente como en vacaciones, pero sin presión de volver al trabajo. Los planes y expectativas a realizar, le hace sentir feliz de estar jubilada.
2. Decepción, hiperactividad o astenia. Tras pasar el primer mes, empieza a vislumbrarse que no ocurre lo esperado. Aparece la tristeza o frustración que se ve reflejada unas veces en hiperactividad y otras en apatía.
3. Reorientación. Como consecuencia de la etapa anterior existe la obligación por parte el jubilado a buscar nuevas respuestas. A ser realista y a ajustar la nueva situación. Esto hará que se tenga un gran cambio en la conducta.
4. Acomodación de la situación actual. La persona acepta que ya está jubilada y se adapta muy bien a la situación existiendo un equilibrio entre posibilidades y recursos.

Jubilados en residencias de ancianos Almería

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